No sólo por sus edificios emblemáticos de arquitectura imponente, Valencia merece un paseo para deleitarse simplemente con las puertas de garajes, portales, ventanas o los elementos ornamentales de las fachadas de los edificios de vivienda. Una arquitectura y restauraciones muy cuidadas, hacen que la ciudad luzca con una personalidad propia.
No hemos tenido tiempo para ver muchas cosas, ya que la feria y las visitas son muy absorbentes, pero la ruta modernista en la zona del ensanche, que se construyó a principios del siglo XX bien merece una buena caminata.