“…no sé cómo asimilarlo. Porque siento que es aún muy temprano para mí, porque aún no he alcanzado cierto nivel como arquitecto…”
Con estas palabras tan humildes recibe Sigheru Ban el Premio Prizker 2014.
Sus obras pueden ser pabellones para exposiciones, construcciones potentes y costosas en grandes ciudades o locales de gran diseño, pero por otro lado destacan las realizadas con conciencia humanitaria, las ubicadas en zonas de catástrofe.
Son los polideportivos y campamentos improvisados los lugares donde se suelen ubicar las zonas de acogida y para estos casos utiliza materiales como el cartón y el papel, con los que logra compartimentaciones de montaje rápido y fácil que dotan de cierta privacidad a las familias en estas situaciones tan complicadas.
Nos alegra saber que le queda mucho recorrido como arquitecto y sólo el tiempo nos ofrecerá una evolución a buen seguro muy interesante tanto en materiales como en estética.